Meditación: Regresando al hogar
- Espacio Hibiki
- 8 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 ago
“Meditar no es alejarse del mundo como lo conocemos, sino entrar en él con ojos más abiertos y un corazón más tranquilo.”

Más allá de una técnica, la meditación es un estado natural del ser. Un retorno al centro desde donde todo nace y se armoniza.
En la meditación entramos en contacto profundo con el momento presente, es estar consciente de del aquí y el ahora.
Tiene un montón de beneficios a nivel cuerpo-mente-espíritu:
Calma el sistema nervioso, baja el cortisol, regula el estrés.
Mejora la concentración y nos da claridad mental.
Fortalece la conexión con la intuición.
Abre el corazón y te hace ser más consciente.
Nos alinea con la energía de la paz, tomando mejores decisiones desde la calma y coherencia interior.
La palabra "meditación" viene del latín meditari, que significa "reflexionar; centrar la atención".
En muchas tradiciones, meditar es "volverse hacia dentro" para encontrar una respuesta que ya vibra y habita en ti.
Cuando se piensa en meditar, imaginamos a alguien sentado en silencio, con piernas cruzadas, ojos cerrados, intentando "no pensar en nada". Si algo he descubierto en mi camino, es que meditar no es escaparte del mundo, es abrazarlo con conciencia.
La meditación comienza en el momento en que decidimos realmente en estar presentes, y es un excelente ejercicio.
Cuando lavo los platos, sintiendo el agua correr, su temperatura, la sensación del jabón y su aroma, la textura que tiene el plato.
Cuando preparo un té, y lo hago con intención, poner el agua a hervir, escoger la taza, intencionar mi té antes de ponerlo a infusionar.
Cuando salgo a caminar al bosque y observo los árboles, pongo atención a lo que me hace sentir y provoca en mi cuerpo, tal vez ganas de respirar profundamente, tal vez de sonreír o agradecer.
No necesitas "dejar de pensar", ni llegar a un estado místico.
Solo necesitas estar.
Meditar es recordar que cada instante tiene vida, aunque a veces lo demos por sentado y nos olvidemos por hacerlo en automático. Es recordar que el cuerpo es un templo lleno de señales, y que la mente cuando se aquieta, no se apaga ni es tiempo perdido... sino que está observando, presencia, se vuelve testigo y afina la intuición de lo verdaderamente importante, y no desde el miedo o el estrés.
Si bien, más adelante hay posturas, mudras y condiciones que ayudan a que fluya la calma, no son indispensables para lograr llevar a cabo una meditación. Así que no, no tienes que ser un experto en el tema para comenzar.
Puedes empezar a practicar con algo tan sencillo como estar atento a poner atención a alguna actividad que estés haciendo.
En la siguiente entrada te comparto unos tips para que tu inicio sea amable.
Gracias por estar aquí, este espacio es tuyo también.
Anam'Saël,
Hecho está desde el amor más puro,
Dan




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